Discurso del Rector Barbieri en la Asamblea Universitaria

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Discurso del Rector Barbieri en la Asamblea Universitaria

En una sesión extraordinaria del Consejo Superior, del 14 de marzo, el rector Barbieri inauguró su nuevo período 2018-2022. Se reproduce a continuación el discurso que pronunciara en la Asamblea Universitaria que lo reeligiera como Rector de la Universidad de Buenos Aires.

4 de diciembre, 2017.

“Es un honor, una vez más, poder dirigirme a este Cuerpo como candidato a Rector, de un espacio integrado por miles de docentes, investigadores, graduados, alumnos y nodocentes; todos provenientes de diferentes áreas académicas y científicas, y con distintas ideologías políticas, unidos por un objetivo común: la defensa irrestricta de los principios de una universidad pública, autónoma, gratuita y cogobernada.

En nombre de ese espacio, me dirigiré a ustedes a fin de plantear, en primer lugar, algunas coincidencias básicas que nos unen, desde el punto de vista de la política universitaria y la política general. En segundo término, presentaré algunas líneas de acción que continuaremos, en el caso que la Asamblea decida ungirnos nuevamente con el cargo de Rector.

Los que formamos parte de este espacio creemos que la educación en general y la educación superior en particular es un derecho de todo el pueblo argentino, un bien público y social y un deber indelegable del Estado. Bajo estos principios es que enmarcamos nuestro accionar dentro de las diferentes áreas de gestión. Para eso creemos que la Universidad pública debe ser una institución donde la calidad académica sea un eje rector de la misma, acorde con los tiempos que no toca vivir, en donde la investigación y la generación del conocimiento sean el nodo central de su desarrollo. No concebimos la Universidad sin investigación y sin generación del conocimiento.

Como consideramos que esta Universidad debe estar íntimamente relacionada con el contexto social que le da sustento, es que a través de la trasferencia del conocimiento que se genera en los claustros nos vinculamos con organizaciones sociales que tienen un fuerte impacto en las necesidades de la población.

En consecuencia, el otro eje rector de nuestra política es la extensión universitaria. Los universitarios no debemos vivir en una torre de marfil, ya que debemos relacionarnos fuertemente con el tejido social que nos da sustento. Por lo tanto, tenemos que generar programas, proyectos, planes y sistemas que interactúen con los sectores más vulnerables de la población, tratando de solucionar sus carencias pero, sobre todo, nutriéndonos de esas necesidades para realimentar –en un círculo virtuoso- nuestros objetivos académicos y de investigación.

Los que formamos parte de este espacio creemos que la Universidad debe formar graduados con conocimientos científicos, técnicos, profesionales y académicos; pero también ciudadanos críticos, comprometidos con el desarrollo social, político, económico y cultural de su país, dentro de su marco ideológico, de la pluralidad de ideas, que es un signo distintivo de esta Universidad. Debemos formar ciudadanos que respeten los valores democráticos, sus instituciones y los derechos humanos.

Estamos convencidos de que la participación es fundamental, pues vemos la política como una construcción colectiva. Dado que estamos en contra de los proyectos individuales o personalistas, dentro de nuestro espacio y hacia la comunidad de nuestra Universidad, fomentamos un debate permanente de ideas, donde prime la posibilidad de manifestarse con pluralidad, con libertad de cátedra, como los principios más altos de la Universidad lo requieren.

Vemos en el otro alguien con quién debatir, con quién confrontar ideas dentro del marco democrático; no vemos un enemigo en aquel que piensa diferente. No creemos que la lógica de alternancia de las mayorías o minorías circunstanciales sea que ‘cuando me toca ser minoría, todos los demás no sirven para nada, pero cuando me toca ser mayoría, yo soy el iluminado’.

Proponemos a toda la comunidad universitaria trabajar en el fortalecimiento de nuestras coincidencias, más que en nuestras disidencias. A lo largo de estos años en el Consejo Superior de la Universidad hemos tratado de coincidir, mayorías y minorías, en un tono de respeto académico, científico y, sobre todo, plural, llegando a las decisiones que democráticamente toman las mayorías circunstanciales, por el voto de cada uno de los claustros.

A lo largo de nuestra historia, esta fuerte convicción democrática nos hizo presentarnos, a todos los que formamos parte de este espacio, en las elecciones de los diferentes claustros de las distintas unidades académicas, de acuerdo a nuestro Estatuto Universitario. Por otra parte, estamos convencidos que debemos debatir dicho Estatuto, en un marco plural, de respeto democrático, y no de violencia, en la que algunas minorías impidan que las mayorías puedan expresarse.

Tampoco queremos debatir en un lugar en donde la Policía debe estar presente. Como asambleísta, me ha tocado ser objeto de violencia, simplemente por pensar diferente. Me refiero tanto a violencia física como intelectual, de mentiras que fácilmente dicen varios de los que representan otras ideas políticas y después no la pueden llevar adelante en ninguna acusación concreta a la Justicia.

Por eso creemos –y estamos convencidos- que hay que ser honestos, tanto intelectual como democráticamente. No tenemos problemas en debatir, dónde, cuándo y cómo quieran; por eso nos presentamos a las elecciones.

A lo largo del último año, nos hemos presentado con diferentes listas en los distintos claustros. Hemos puesto a consideración nuestras propuestas a miles de profesores, graduados y estudiantes que votaron en esas elecciones. Asimismo, pusimos en consideración las propuestas de nuestra visión de Universidad y, en particular, de cada una de las unidades académicas, y hemos obtenido la extraordinaria mayoría de acompañamiento de la inmensa comunidad de la Universidad de Buenos Aires.

Esto no nos da ningún derecho especial. Todo lo contrario: incrementa nuestra responsabilidad. Y somos los primeros, desde esa mayoría, que llamamos al debate plural de ideas a las minorías circunstanciales. Pero también solicitamos humildemente el respeto democrático por esta inmensa mayoría que se ha expresado y que va a llevar adelante las propuestas que hemos puesto a consideración de toda la comunidad universitaria.

Estamos convencidos de que no existe ningún proyecto de desarrollo cultural, económico o productivo en ningún lugar del planeta, en ninguna sociedad, que se haya sostenido en el tiempo, en donde la Universidad no haya sido un eje central del mismo. Consideramos que en nuestro país, en los tiempos en que vivimos, necesariamente la Universidad pública, y sobre todo la Universidad de buenos Aires –como la principal del país- debe ser quien lleve adelante una discusión plural sobre las necesidades de este proyecto nacional de desarrollo integral.

Por eso, como bien sostenían algunos de los que me precedieron en el uso de la palabra, estamos en estos próximos cuatro años ante dos hechos muy importantes para nuestra Universidad. Por un lado, en 2018 vamos a cumplir 100 años de la Reforma Universitaria. Su manifiesto liminar sigue siendo, para los integrantes de este espacio, la piedra angular fundamental de su pensamiento universitario. En tal sentido, continuaremos proponiendo debates para la Conferencia Regional de Educación Superior y llevar los aportes de la Universidad de Buenos Aires a todos nuestros hermanos de universidades públicas argentinas y latinoamericanas que se reunirán en Córdoba.

Asimismo, en el 2021, cumplimos nuestro Bicentenario, que debemos festejar como corresponde a nuestro ámbito. Tenemos que proponer a la comunidad universitaria y a la sociedad en general, un debate de las áreas estratégicas para el desarrollo de nuestro país tanto en los aspectos económicos, como los sociales, culturales y políticos. Un debate que vamos a dar, hasta mediados del 2021, para elaborar un documento, con la mayor participación, para entregar a los representantes del pueblo elegidos democráticamente en el Congreso Nacional, de todas las ideologías políticas, sobre cuáles son las pautas y la visión plural que tiene la Universidad de Buenos Aires de los aspectos transcendentales del desarrollo de nuestro país, y de esta manera ponernos a la vanguardia del desarrollo necesario para nuestro pueblo argentino.

Deseamos a modo no taxativo, sino simplemente enumerativo marcar algunas propuestas de gobierno en ciertas áreas estratégicas para nuestra Universidad para los próximos cuatro años, siempre teniendo como marco los principios básicos que enuncié, en forma general, precedentemente.

En materia académica, como una de las áreas estratégicas, en el 2014 creamos el Programa La Universidad de Buenos Aires para el Siglo XXI. A lo largo de estos cuatro años, ha tenido más de 40 charlas/debates y foros, no sólo con especialistas de nuestra Universidad, sino con invitados internacionales de primer nivel. Estas actividades nos han dejado un acervo de ideas que cada una de las unidades académicas podrá potenciar a través de discusiones internas relativas a las diferentes problemáticas que tiene que enfrentar la Universidad en el ciclo que nos toca vivir.

Creemos que los concursos son el eje central de la calidad universitaria. Estamos en contra de las designaciones interinas, y de no poder llevar adelante concursos en todas las áreas, tanto de auxiliares docentes como profesores, en las diferentes categorías. Por tal motivo, desde el Rectorado de la Universidad de Buenos Aires hemos propuesto –y lo seguiremos haciendo- a las diferentes unidades académicas que se lleven adelante los concursos con la mayor celeridad posible y que todos los cargos rentados estén concursados. Tenemos más de 15 mil docentes regulares –no 200 como a veces se dice- solamente para tener una idea de que todavía falta, pero hemos hecho mucho.

La actualización de nuestros planes de estudio es una tarea importantísima y permanente del sistema universitario. En estos cuatro años hemos modificado –de manera participativa en cada una de las unidades académicas y con la colaboración de todos los sectores- varios de esos planes de estudio, 35 en total, como muy pocas veces se hizo a lo largo del proceso democrático. Vamos a seguir impulsando esas modificaciones en la medida que cada uno de los claustros de cada una de las unidades académicas lo considere necesario. Pondremos a disposición todas las posibilidades de participación y debate plural en el Consejo Superior.

La irrupción de las tecnologías de la información y la comunicación en los procesos de enseñanza y aprendizaje es un rasgo característico de nuestra época. En ese sentido la UBA, sobre todo en estos últimos cuatro años, ha estado a la vanguardia de la aplicabilidad de estos conocimientos en nuestra área académica. Tenemos cientos de cursos virtuales; hemos formado a más de ocho mil docentes con la posibilidad de poder manejar estas nuevas tecnologías; fortalecimos el Centro de Innovación en Tecnología y Pedagogía; creamos el Programa UBA Digital y ampliamos el Programa UBA XXI, incorporando varias materias bajo la modalidad de educación a distancia, donde miles de estudiantes que ya son nativos digitales, acceden a sus estudios a través de estas tecnologías.

Seguiremos fortaleciendo esta área porque es fundamental para el desarrollo de las nuevas generaciones, sin perder de vista lo que significa la socialización en la educación, la participación de los especialistas en educación, y el equilibrio con la oferta de educación presencial. Para eso, también vamos a fomentar los programas de investigación específicos, donde trabajen especialistas del área disciplinar, especialistas en pedagogía y en informática, a fin de crear modelos para la enseñanza que compartan y contemplen estas perspectivas.

Los establecimientos de enseñanza secundaria, dependientes de la Universidad, seguirán siendo una de nuestras principales preocupaciones. Sabemos que nuestro país tiene la necesidad de mejorar la calidad del nivel secundario. Por eso, nuestras escuelas experimentales son un orgullo. Por primera vez hemos creado, dentro del ámbito del Rectorado, una Secretaría de Educación Media, que se encarga específicamente de articular y potenciar las relaciones entre nuestras escuelas de enseñanza secundaria.

Por primera vez en muchos años, hemos creado una nueva escuela de nivel secundario. Se trata de una escuela técnica que tiene una característica esencial. Con mucha satisfacción, lo considero uno de los logros que más me llega al corazón en la gestión de Rector: se trata de la Escuela Técnica de Villa Lugano. ¿Por qué? Porque esa escuela se creó en una zona altamente vulnerable para que poblaciones que no tienen posibilidades de satisfacer sus necesidades más básicas, puedan acceder a una educación de calidad con un modelo pedagógico y académico inclusivo del máximo nivel. Seguimos fortaleciendo esto también con la creación del CBC en la zona de Lugano, donde hoy miles de estudiantes de barrios vulnerables pueden acceder a los estudios universitarios haciendo realidad –y no sólo desde la retórica- lo que es una educación de calidad y al alcance del pueblo argentino.

En materia de investigación –lo dije anteriormente y lo reitero- nuestro espacio está firmemente convencido de que no existe Universidad sin una fuerte área de investigación y sin generación del conocimiento. Pero a veces no basta con decir o declamar las cosas. Por eso el presupuesto, que es la ley fundamental donde uno marca el sentido político que le quiere imprimir a su accionar, muestra claramente que en lo va del 2014 a la fecha en el área de Ciencia y Técnica hemos incrementado los fondos en un 300 por ciento en los diferentes rubros que la componen. Esto claramente da cuenta de lo que significa para nosotros la investigación, no sólo en los subsidios que seguiremos manteniendo, como los Proyectos UBACyT; o en los subsidios que dimos por primera vez para el funcionamiento de los institutos de investigación. Tenemos en cuenta la problemática por la que está pasando el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas. Por eso también hay que ayudar a los que están trabajando junto con el CONICET, algo que no se hacía desde hace mucho en esta Universidad. Nosotros tratamos por igual a todos los institutos, no solamente a los que son de la UBA. Para nosotros, los institutos son UBA y, después, podemos estar en alianza con cualquier otro organismo. De ahí que firmamos un convenio con el CONICET, que para nosotros es trascendente. Y de hecho, por primera vez en muchos años, dejamos en claro cuáles son nuestros derechos y nuestras obligaciones. Se trata de dos organismos que tienen que trabajar en forma mancomunada. Hablamos de la principal universidad pública del país, donde se genera la mayor cantidad de conocimiento en todas las áreas disciplinares. En eso concuerdo con lo que decía el profesor Paz. En tal sentido, creemos que la ciencia es una sola; no hay ciencia mala o ciencia buena. No vamos a caer en esa discusión a la que nos quieren llevar. De hecho, sabemos que este no es el sentir universitario.

Todas las áreas del conocimiento tienen que tener desarrollo en investigación. De esa manera trabajando en un marco de relaciones diferente con el CONICET y conservando nuestra autonomía universitaria, nos estamos sentando en una mesa de discusión los actores del CONICET y los de la Universidad de Buenos Aires para que, en forma conjunta, planificar estratégicamente cuál es el mejor desarrollo en investigación en nuestro país. En ese sentido, seguiremos bregando por las becas para perfeccionamiento, que hemos creado para que nuestros investigadores jóvenes puedan terminar de perfeccionarse en el exterior. También lo haremos en materia de transferencia.

Potenciamos nuestra empresa de transferencia de tecnología – UBATEC- para que trabaje en pos de la necesidad de nuestros investigadores, en la administración de los proyectos de investigación, facilitándoles su gestión y también conectándolos con la posibilidad de obtener fondos para proyectos interdisciplinarios. Muchos de ellos los hemos conseguido a través de la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica y de otros organismos. De hecho, tenemos proyectos interdisciplinarios en áreas estratégicas de primer nivel.

En cuanto a proyectos interdisciplinarios, creemos que la investigación del siglo XXI necesariamente debe abordar lo interdisciplinar. En tal sentido, seguiremos fomentando estos proyectos, que hoy son seis, pero mañana podrán ser más, en la medida en que las unidades académicas, los diferentes Centros de Investigación y el Consejo Superior consideren otras áreas estratégicas. Así, junto a los doscientos investigadores que trabajan en los seis programas interdisciplinarios, se podrán agregar muchos otros. Vamos a obtener recursos presupuestarios a efectos de apoyar dichos proyectos.

Como decíamos, la Extensión sigue siendo una de nuestras preocupaciones trascendentes, como lo marca el Estatuto Universitario. Nosotros generamos no sólo un incremento en los montos que reciben los proyectos UBANEX, sino en la cantidad de proyectos UBANEX que se otorga a las unidades académicas. Estos nos permite ver que es cada vez más necesario conocer qué entendemos por ‘extensión’ en los diferentes campos disciplinares, de acuerdo a los objetivos de nuestras unidades académicas. Estos nos llevó a hacer el Primer congreso Interdisciplinario, con la participación de todas las unidades académicas, con el propósito de que todos juntos pudiéramos ver qué hacía cada uno y de qué manera podíamos potenciarlo. En ese sentido, seguiremos trabajando y fortaleciendo la relación con la comunidad, sobre todo en las áreas más vulnerables.

Otra de las cuestiones centrales para el desarrollo de una universidad pública, como la Universidad de Buenos Aires, es el área cultural. . Así es que potenciamos el accionar de nuestro Centro Cultural Ricardo Rojas. Ahí, más de 100.000 personas al año acceden a más de trescientas actividades anuales y más de ochocientos cursos. Más de 25 mil personas por año pueden abordar en este Centro temáticas diversas en áreas como la cultura, el arte, el espectáculo y la ciencia aplicada a la solución de problemas concretos de la vida cotidiana.

Hemos puesto en valor el Cine Cosmos, un hito y un ícono de los años ’70 en materia de cinematografía de vanguardia. Creemos que este momento cultural potencia esta reapertura, con un espacio en el que todas las voces se puedan expresar a través de una cinematografía que tenga en cuenta los valores nacionales y latinoamericanos.

También creemos que, en la actualidad, la internacionalización es un rasgo fundamental en el campo universitario. Es transversal a todas las áreas y unidades académicas. Hemos fortalecido la relación con los principales centros académicos de todo el mundo, y lo seguiremos haciendo. Me refiero a más de seiscientos convenios específicos, no convenios marco, donde firmamos carta de intención, sino que tratan temas concretos de movilidad de docentes, investigadores y estudiantes en diferentes áreas del conocimiento, a fin de poder intercambiar experiencias. Hemos generado alianzas estratégicas con las principales universidades latinoamericanas, como la Universidad de Sao Paulo y la Autónoma de México, que luego fortalecimos con una alianza con la Universidad de Barcelona y con la Complutense de Madrid. Asimismo, hemos potenciado la relación con la República Popular China, con sus universidades, a través del Instituto Confucio, con el Hanban y con la Universidad de Jilin. También podemos mencionar el Centro Israel-América Latina, el Centro Franco Argentino, el Centro Germano Argentino, el Centro Ruso Argentino, entre otros. Seguiremos potenciando las relaciones con los principales centros académicos del mundo para nuestros investigadores, docentes, alumnos y nodocentes. Estos últimos, por primera vez, formaron parte de intercambios con el propósito de conocer diferentes maneras en las que se gestionan universidades públicas latinoamericanas.

Con respecto a la cuestión de violencia de género –que aquí se ha mencionado- consideramos que la Universidad debe actuar permanentemente contra este flagelo. En este sentido, estamos orgullosos de estar a la vanguardia al haber aprobado un protocolo de acción institucional para la prevención e intervención ante situaciones de violencia o discriminación de género u orientación sexual. En este caso, los estudiantes fueron los principales impulsores de este proyecto, a los que agradecemos y acompañamos desde el primer momento. De hecho, seguiremos promoviendo su aplicación y llevaremos al Consejo Superior la necesidad de ser más concretos y claros en la implementación en las diferentes unidades académicas y en los establecimientos de enseñanza secundaria que dependen de la Universidad.

En el área institucional, también llevamos adelante por primera vez un Sistema de Información Pública Transparente, para que toda la sociedad pueda ver las diferentes resoluciones, las distintas maneras en que se gasta el presupuesto universitario, de qué forma lo hacemos y, de esta manera, cualquiera pueda acceder a la información pública. Se trata tanto de un deber como de un derecho de cualquier ciudadano que, con sus impuestos, hace posible esta Universidad.

Otra área fundamental tiene que ver con la infraestructura y presupuesto. En cuanto a la primera, hemos avanzado en más de trescientas obras, con una inversión de más de 3000 millones de pesos desde 2014 a la fecha, en áreas estratégicas para muchas Facultades. Y lo digo porque es un dato concreto de la gestión y no hubo ninguna mala práctica política, todo lo contrario. Hemos considerado cada necesidad que hubo, haya votado donde haya votado el consejero de esa Facultad. Prueba de ello son los nuevos edificios de la Facultad de Filosofía y Letras, de la Facultad de Ciencias Sociales o de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales. Lo subrayo porque un signo de nuestra gestión es que se ocupa de las necesidades reales de toda la comunidad universitaria. Cuando nos eligieron como Rector, asumimos la responsabilidad de ser el Rector de todos, y eso lo vamos a seguir manteniendo, sin tenemos la nueva oportunidad.

La defensa del presupuesto universitario es un eje central de nuestra gestión. Este Rector fue el que dijo públicamente que el presupuesto llegaba hasta agosto. No me importa que algunos dijeran que esto fue por un motivo o por otro. Lo que me importa es que todos participen en conseguir el mayor presupuesto posible. Trabajamos con el gobierno anterior y con este, teniendo como base las necesidades de nuestra Universidad.

Las necesidades de nuestra Universidad están por encima de cualquier gobierno, más allá de la pertenencia política de cada uno de nosotros. No como algunos que creen que la Universidad está hecha para llevar adelante los designios de su partido político de turno.

Nosotros tenemos un fuerte compromiso democrático y plural. Seguiremos defendiendo las necesidades de inversión en educación en general y en educación superior en particular. Somos la principal universidad del país y también defendemos las necesidades de otras universidades en los marcos en que nos toca actuar.

Por eso, los convoco a continuar trabajando en los postulados que sostiene nuestro espacio, que los pone en consideración de toda la comunidad universitaria democráticamente, para que todos juntos podamos día a día crear una sociedad más justa e inclusiva.

Muchísimas gracias.”

Dr. Profesor Alberto Edgardo Barbieri
Rector de la Universidad de Buenos Aires

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